martes, 15 de marzo de 2016

PASAMOS POR ESTA VIDA UNA SOLA VEZ

Pasamos por esta vida una sola vez, y tenemos solo un día para encausar el rumbo de nuestro carácter. La vida es tan breve que pronto pasa y volamos (Sal 90) por tanto cada minuto es solemne para construir, madera, heno, hojarasca, plata y oro en nuestra casa llamada carácter, que es lo único que perdurará de nuestro paso por este mundo.
En este planeta hay solo dos temas que deben llenar nuestra mente: nuestra salvación y nuestro papel en el gran conflicto entre Cristo y Satanás. Aunque las cosas pequeñas constituyen las grandes, no podemos hacer de lo pequeño como si eso fuera lo más importante, y hacer de lo grande como si fuera sin importancia, y esa es la batalla que nos toca lidiar en el camino al cielo. Jesús no asistió a la universidad judía porque tenían la filosofía de hacer de lo pequeño algo grande, y lo grande como el plan de salvación y el gran conflicto cósmico era empequeñecido.
Las cosa que hacemos cada día: mirar TV, internet, Facebook, hablar por celular, aprender una palabra en un idioma, criticar, trabajar en la tesis, viajar, bañarnos en un rio, comer con los amigos, escuchar música buena o mala, dedicar tiempo a la oración, repartir literatura, invitar a mis amigos a una campaña, jugar futbol, cultivar la huerta, dormir hasta las 10 de la mañana, levantarme a las 5:00 A.M para hacer mi año Bíblico, leer una novela, festejar un cumpleaños, mirar una película de violencia o sexo, gastar 10 horas hablando con la novia de los problemas globales, o de cuando éramos pequeños, todo, todo, tiene un efecto positivo o negativo para la eternidad, en otras palabras, cada acto se hace eterno al fortalecer o debilitar mi carácter. Allí está mi papel entre el gran conflicto. Cada acto por pequeño que sea determinará en qué lado de la lucha estoy.
Vivimos confundidos constante mente entre saber que es carácter y que es salvación. Mi salvación no se gana por mi carácter. Mi carácter me garantizara el grado de felicidad, disfrute, capacidad de amar, un grado mayor de entendimiento del amor y carácter de Dios, aquí y en la eternidad. La salvación es por la fe en Jesús, y esto es lo más grande.
Muchos de nosotros podríamos pasar toda la vida disfrutando de los goces de esta vida, el deseo de los apetitos carnales, el comer, beber, tener sexo, y buscar ganar mucho dinero, bailar y rumbear todas las noches, estar con los amigos y hablar tonterías que den risa o burlarnos de los demás, amenazar a los enemigos y matar a los hinchas de otro equipo de futbol, y el ultimo día de nuestra vida arrepentirnos y obtener un rinconcito en el cielo, tal vez no entre los más destacados, pero lo importante es haber llegado.
Es posible que no nos perdamos, pero mis actos determinaran el grado de amor a Dios, no recibiré el gozo (aunque este en cielo), de ver a aquellos que por mi vida, pudieran estar allí conmigo, pero por mi mal testimonio, fueron seducidos a estar fuera de la gran ciudad, la nueva Jerusalén. Experimentaré una perdida eterna. Aunque ya de lo primero no habrá memoria, mi gozo de mi Señor estará reducido. La recompensa que Dios nos dará en el cielo no es la salvación, es el gozo de ver almas salvadas por eso dice “entre en el gozo de tu Señor” mi salvación es la recompensa que Dios le dará a Jesús, por haber dado su vida por mí, y yo haber puesto mi fe en él.
Es necesario que tengamos fe, una fe viva, que obre por el amor y purifique el alma. Debemos aprender a llevarle todo al Señor con sencillez y fe ferviente. La mayor carga que tenemos que llevar en esta vida es el yo. A menos que aprendamos a ser mansos y humildes en la escuela de Cristo, perderemos preciosas oportunidades y privilegios en cuanto a llegar a conocer a Jesús. El yo es lo más difícil que tenemos que manejar. Cuando depongamos nuestras cargas, no nos olvidemos de dejar el yo a los pies de Cristo. {2MCP89 560.2}
A menos que lo hagamos, perderemos ciertamente la vida eterna y la corona de la inmortalidad. Y, sin embargo, algunos dicen: “¿A quién le importa lo que como o bebo?” Os he mostrado qué relación tiene con los demás vuestra conducta. Habéis visto que tiene mucho que ver con la influencia que ejercéis sobre vuestras familias. Tiene un gran papel en la obra de moldear el carácter de vuestros hijos. {1JT 185.1}



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