LA
IDOLATRÍA EN EL LIBRO DE DANIEL
Por
ENTENDIENDO EL CONTEXTO
A lo largo de la
historia de la humanidad siempre ha sido el propósito de Dios revelar a sus
hijos sus designios y prevenirlos acerca de los peligros que les acecharán.
Esta
investigación está basada en la forma en que la idolatría es presentada en el
Libro de Daniel. Sin embargo, buscando una sana y más completa consolidación
del tema es necesario destacar otros aspectos que para la apreciación del
lector superficial pueden estar desligados de la temática principal, pero el
lector cuidadoso encontrará la esencia al tomar los diferentes conceptos como
lo que son, una verdadera unidad que representa el tema a desarrollar en este
escrito.
Al estudiar la
Biblia resulta imposible resistirse a la maravillosa impresión que genera el
encontrar el mensaje del Señor cuando éste se está procurando con corazón
sincero.
En ocasión de un debate que sostuvo con unos judíos instigadores, Jesús
pronunció las siguientes palabras que quedaron inmortalizadas en el Evangelio
según Juan Cap. 5 verso 39 “Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis
que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;”[1]
Este versículo entraña dos verdades innegables, 1: El ser humano va a las
Escrituras en busca de volver a Dios, en procura de alcanzar aquello que sabe
que no hallará en otro “lugar” y que es la vida eterna. Y 2: La Biblia toda, da
fiel testimonio de Jesús.
Pero, y ¿qué es la vida eterna? Pues bien, la respuesta a este
interrogante y su razonamiento, también contestará el porqué de una
investigación como la que está usted leyendo.
En ocasión de lo que se ha denominado la “oración sacerdotal”, el Señor
Jesús pronunció las siguientes palabras registradas en Juan 17: 3 “En
esto consiste la vida eterna: en que te conozcan a ti, el único Dios verdadero,
y a Jesucristo, a quien has enviado a este mundo.”[2]
Diferentes fuentes mencionan algunas singularidades acerca de la palabra
“conocer” como término Bíblico. Por ejemplo, se cita a continuación el
comentario que aparece al respecto en: (Juan 17; 3)[3] “conocer” indica aquí no
sólo el aspecto abstracto o intelectual, sino también la aceptación, la fe, el
amor y la obediencia al Dios verdadero y a su Hijo Jesucristo.
CONCEPTUALIZACIÓN
Teniendo lo anterior en cuenta, se puede concluir al respecto, que
actitudes como la aceptación, el ejercicio de un don como la fe, la
manifestación de amor como un principio y una vida en procura de la plena
obediencia a los requerimientos divinos, no son otra cosa que una expresión de
adoración dada en ejercicio voluntario de parte del hombre hacia Dios.
ADORACIÓN
Esta definición está en armonía con la siguiente definición que el
Diccionario Bíblico Adventista hace acerca del significado de la palabra
adoración; “Actitud
de humildad, reverencia, honor, devoción y adoración que señalan adecuadamente
las relaciones entre los seres creados y su Creador… La Biblia enseña que tal
adoración es debida sólo al único Dios verdadero… un estricto monoteísmo ha de
caracterizar el culto de quienes honran al verdadero Dios, el Creador del cielo
y de la Tierra (Deut. 6:4, 5). Además, como Dios es "espíritu" (Jn.
4:23, 24), se prohíbe al hombre adorarlo mediante representaciones materiales (Deut.
4:12, 15-19).”[4]
IDOLATRÍA
Al hablar de idolatría, no es posible obviar el hecho de que hay que
remitirse a lo que la Biblia y otras herramientas mencionan por adoración, por
tal motivo, hasta aquí se ha desarrollado este escrito tocante sólo a la
adoración, con el propósito de entender mejor la dimensión que ocupa la idolatría
en la esfera humana según lo presenta Revelación a través de los escritos del
profeta Daniel.
El siguiente comentario sobre la idolatría se extrajo de la Edición de
Estudio Reina Valera 1995: “Culto que se rinde a la criatura en vez de al
Creador , ya sea como culto a dioses paganos o a imágenes que representen al
Señor… desde el principio se condenó cualquier forma de idolatría y los
profetas hablaron siempre contra ella. El NT sostiene esta condena y amplía su
significado para incluir actitudes como la avaricia”
El Diccionario Bíblico Adventista hace del término idolatría la siguiente
definición; “De
acuerdo con el uso bíblico, idolatría incluye tanto la adoración de falsos
dioses en diversas formas como la adoración de imágenes como símbolos de
Yahveh. El NT amplía el concepto de idolatría para incluir prácticas como la
glotonería (Fil. 3:19) y actitudes como la codicia (Ef. 5:5), lo que está en
armonía con el énfasis espiritual en el NT.”[5]
EL GRAN CONTRASTE
En términos pragmáticos la adoración y la idolatría se contraponen
grandemente, ya que la adoración es la praxis que resulta de amar a Dios por
sobre todas las cosas e idolatría es amar cualquier cosa o persona más que a
Dios. Sin embargo, resulta curioso que el diccionario WordReference Online,
defina adoración de la siguiente forma: “culto o reverencia a un ser u objeto
que se considera Divino. Reverencia y honra a Dios. Amor muy profundo o
admiración extrema” como puede notarse, es un concepto muy relativo y bastante
liberal.
Además de tal definición, muy poco ligada al concepto Bíblico, la palabra
idolatría aparece como un sinónimo de la palabra adoración. Esto habla por sí
solo, de cómo las verdades absolutas hoy día van cediendo y perdiendo su
estatus de absolutas, para dar lugar a las ambigüedades de las cuales está
rebosante este secularismo relativista que envuelve al mundo de hoy.
LA IDOLATRÍA
EN DANIEL
El libro de
Daniel es considerado como un libro perteneciente a la llamada “literatura
apocalíptica” está dividido en dos partes. La primera parte es esencialmente
narrativa y tiene un propósito didáctico y la segunda parte contiene una serie
de visiones simbólicas en lenguaje escatológico.
Teniendo como
base lo anterior y sobre la conceptualización que la Biblia propone relativo a
la Adoración a Dios y a la idolatría a divinidades paganas, se analizará la
idolatría como es presentada en Daniel. Para esto se tendrá en cuenta en este
caso sólo su primera parte, es decir su porción narrativa.
En los tiempos
bíblicos, los pueblos y las naciones que se levantaron aparte del pueblo de
Dios se caracterizaron por la cultura pagana que adoptaron, la idolatría a
dioses falsos, y en su necesidad de rendir culto y depositar su confianza en un
ser superior construían monumentos de cualquier clase de material, sin embargo
esto en vez de ennoblecerles, les degradaba cada vez más y les llevaba a
cometer las abominaciones más aberrantes.
Babilonia se
constituyó como el primer imperio, en condición de nación apóstata delante de
Dios, su mayor representante fue el rey Nabucodonosor. El libro de Daniel por
sus características ofrece variadas vislumbres sobre el tema que ocupa este
escrito, es decir la idolatría, sin embargo se analizará ésta a partir de la
asombrosa experiencia relatada en el capítulo 3.
El relato inicia
diciendo que Nabucodonosor rey de Babilonia hizo una estatua de oro. Herman
Veldkamp dice que: “La Biblia no nos dice si esta estatua de oro pretendía
representar a uno de los dioses o una de las diosas de Babilonia. Es
enteramente posible que Nabucodonosor haya tenido en mente alguna otra cosa.
Probablemente la estatua intentaba simbolizar el poder de Babilonia.”[6]
RADIOGRAFÍA DE LA IDOLATRÍA
Existen algunas
características que la idolatría trae consigo y que quedan perfectamente
expuestas en la experiencia de los tres fieles hebreos.
La idolatría y
el poder político guardan una relación estrecha.
La declaración
de E. W. Heaton es contundente al afirmar que “la autoridad absoluta necesita
invocar la favorable sanción de la religión… en última instancia, la pretensión
del hombre a la soberanía absoluta, necesita exigir idolatría...”[7]
No satisfecho con poseer el título de rey del imperio y régulo de toda
Babilonia, quiso también reinar (religiosamente hablando), en los corazones de
aquellos a quienes gobernaba.
2- La fuerza
suele ser un medio para imponer la idolatría.
Daniel 3: 5-6
registra “que en el momento en que oigan el sonido del cuerno, la flauta, la
lira, el arpa, el salterio, la gaita y toda clase de música, se postren y
adoren la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado. Pero el que no se postre y adore, será echado inmediatamente en un
horno de fuego ardiente.”[8]
No cabe la menor
duda de que las opciones que tenía el pueblo babilónico se reducían a idolatrar
la estatua o morir al negarse obedecer tal exigencia.
3- La idolatría suele proponerse en medio de
algazara y actividades obscenas.
Según comenta
Herman Veldkamp “en Jerusalén los himnos de alabanza se elevan quietamente hacia
Dios, pero en Babilonia el servicio de adoración comprende ceremonia, anuncios
y propaganda. Para empezar todas las gentes poderosas de Babilonia fueron
convocadas por el rey… tan impresionante como la colección de poderosos
oficiales, fue la variedad de instrumentos musicales que se usaron”.[9]
Aunque la declaración bíblica no lo revela en este pasaje, debe recordarse el
episodio del pueblo israelita cuando desesperando del retorno de Moisés
pidieron a Aarón que les hiciera un dios. La biblia sostiene en Éxodo 32; 6 lo
siguiente “Temprano a la mañana siguiente, el pueblo se
levantó para sacrificar ofrendas quemadas y ofrendas de paz. Después, todos
celebraron con abundante comida y bebida, y se entregaron a diversiones
paganas.”[10].
En otras versiones aparece la palabra regocijarse, ambos términos, tanto
regocijarse como diversiones paganas, hace alusión a prácticas sexuales, tales
como orgías y otros desenfrenos.
El libro
inspirado Patriarcas y Profetas registra también “el esplendor del culto
idólatra”[11]
del que se viene haciendo mención.
4- La idolatría
se opone abierta y desafiantemente al señorío de Dios.
Se cita a
continuación el siguiente pasaje de Daniel 3: 15 extraído de la versión Dios
Habla Hoy “¿Están ustedes dispuestos, tan pronto como oigan la
música, a inclinarse ante la estatua que yo he mandado hacer, y adorarla?
Porque si no la adoran, ahora mismo serán arrojados a un horno encendido; y
entonces, ¿qué dios podrá salvarlos?” palabras expresadas con “burlón
desafío”[12]
según E. W. Heaton. Puede notarse el uso
que Nabucodonosor hace de una figura de diálogo, como la interrogación
retórica, para preguntar irónicamente a los hebreos ¿qué dios podría librarlos
de sus manos? Tal insolencia, por supuesto, no es exclusiva del rey babilónico,
ha sido la constante intención de la idolatría desafiar la soberanía y señorío
de Dios y adjudicar tales atributos a los objetos de su culto. La escritora E.
G. White, inspirada por el Espíritu santo dejó ver también el verdadero
carácter de la idolatría al mencionar sobre la crianza que Jocabed le
proporcionó al caudillo que Dios usaría para liberar a Israel del yugo egipcio.
“Le mostró la insensatez y el pecado de la idolatría…” [13]
5- La idolatría
genera un espíritu perseguidor.
La instigación
de que fueron víctimas los jóvenes hebreos es una de las consecuencias que
engendra el espíritu idolátrico en los hombres. E. W. Heaton comenta lo
siguiente “los sabios profesionales del rey llenos de envidia por el éxito de
los compañeros de Daniel se presentaron ante su amo y acusaron maliciosamente a
los judíos” y exegéticamente agrega “el verbo (acusaron maliciosamente)
literalmente significa “comer pedazos de carne arrancados del cuerpo de
alguien”[14] y
viene a querer decir, calumniar con la idea de suplantar.
La idolatría ha
sido por las edades una de las estrategias que más éxito ha sumado a la causa
del regente del mal, sin embargo, tan cierto como resulta a la luz de la Biblia
la anterior afirmación, es también real que la Palabra de Dios deja ver que el
bien, siempre terminará prevaleciendo contra el mal en todas sus formas.
Después de
manifestar fidelidad a Dios en medio de este intento de doma espiritual
idolátrico, Ananías, Misael y Azarías fueron honrados por Dios, a quien ellos
habían honrado. Puede verse en el versículo 28 de este capítulo, el cenit de
toda esta experiencia, que representa también la recompensa que devengará al
final del tiempo todo espíritu idolátrico, al reconocer la supremacía y
justicia del carácter de la verdadera adoración a Aquel que es Único digno de
recibirla.
“En ese momento
Nabucodonosor exclamó: «¡Alabado sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que
envió a su ángel para salvar a sus siervos fieles, que no cumplieron la orden
del rey, prefiriendo morir antes que arrodillarse y adorar a otro dios que no
fuera su Dios!” Daniel 3; 28.[15]
CONCLUSIÓN
La idolatría en
sus múltiples formas, y la adoración a Dios en la manera en que la Biblia lo
prescribe, son hoy día dos opciones de vida delante de todo hombre. La elección
de tomar un rumbo u otro se halla en la mente de cada quien y las consecuencias
de una y otra elección tendrán trascendencia eternas.
“La persona que ha pasado por la prueba, la persona que ha superado la
prueba, tiene una libertad muchísimo mayor, tiene un amor más intenso, tiene
una alegría más firme.”[16]
Por
algo Jesucristo dice: "Yo les voy a dar una paz que nadie les podrá
quitar" Juan 14:27. ¡Es la paz de aquél que ha pasado por todo género de
pruebas!
BIBLIOGRAFÍA
Referencia
bíblica tomada de la versión: La Biblia las Américas.
Referencia
bíblica tomada de la versión: Castilian
Edición de Estudio Reina
Valera 1995
Colombia: Sociedades Bíblicas Unidas, 1995.
Diccionario Bíblico Adventista en Biblioteca electrónica: Fundamento de la
esperanza, CD-ROM, versión 1.0 Miami: Folio VIP Electronic Publishing,
1992-1993.
Herman Veldkamp, Exposición
de Daniel Michigan: Libros Desafío, 1977.
E. W Heaton, Comentarios
Bíblicos Antorcha, Libro de Daniel Buenos Aires: La aurora, 1961.
Referencia
bíblica tomada de la versión: Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy.
Herman Veldkamp, Exposición
de Daniel Michigan: Libros Desafío, 1977.
Referencia
bíblica tomada de la versión: Nueva Traducción Viviente
Elena
White, Patriarcas y Profetas Bogotá:
Asociación Publicadora Interamericana.
E. W Heaton, Comentarios
Bíblicos Antorcha, Libro de Daniel Buenos Aires: La aurora, 1961.
Elena White, Patriarcas y Profetas Bogotá: Asociación Publicadora Interamericana
E. W Heaton, Comentarios
Bíblicos Antorcha, Libro de Daniel Buenos Aires: La aurora, 1961.
Referencia
bíblica tomada de la versión: Dios Habla Hoy
Fray Nelson Medina, Frente
a las armas de la idolatría, una fe en su pureza, que nos permite en la prueba
emerger liberados de nuestras ataduras. Tomada de la página web
http://fraynelson.com/wiki/index.php?title=K053005a el día 17 de septiembre de
2012
[1] Referencia
bíblica tomada de la versión: La Biblia las Américas.
[3] Edición
de Estudio Reina Valera
1995(Colombia: Sociedades Bíblicas Unidas, 1995) págs. 1221 – 1222
[4] Diccionario Bíblico Adventista en
Biblioteca electrónica: Fundamento de la esperanza, CD-ROM, versión 1.0 (Miami:
Folio VIP Electronic Publishing, 1992-1993).
[6] Herman Veldkamp, Exposición
de Daniel (Michigan: Libros Desafío, 1977)
pág. 36
[7] E. W Heaton, Comentarios
Bíblicos Antorcha, Libro de Daniel (Buenos Aires: La aurora, 1961 ) pág.
142-144
[12] E. W Heaton, Comentarios
Bíblicos Antorcha, Libro de Daniel (Buenos Aires: La aurora, 1961 ) pág.
147
[14] E. W Heaton, Comentarios
Bíblicos Antorcha, Libro de Daniel (Buenos Aires: La aurora, 1961 ) pág.
147
[16] Fray Nelson Medina, Frente a las armas de la idolatría, una fe en su pureza, que nos permite
en la prueba emerger liberados de nuestras ataduras. Tomada de la página web
http://fraynelson.com/wiki/index.php?title=K053005a el día 17 de septiembre de
2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario