martes, 17 de noviembre de 2015

ADORACION EN EL LIBRO DE DANIEL (Revista Prespectiva Teologica 2013)

LA IDOLATRÍA EN EL LIBRO DE DANIEL

Por

ENTENDIENDO EL CONTEXTO


A lo largo de la historia de la humanidad siempre ha sido el propósito de Dios revelar a sus hijos sus designios y prevenirlos acerca de los peligros que les acecharán.
Esta investigación está basada en la forma en que la idolatría es presentada en el Libro de Daniel. Sin embargo, buscando una sana y más completa consolidación del tema es necesario destacar otros aspectos que para la apreciación del lector superficial pueden estar desligados de la temática principal, pero el lector cuidadoso encontrará la esencia al tomar los diferentes conceptos como lo que son, una verdadera unidad que representa el tema a desarrollar en este escrito.
Al estudiar la Biblia resulta imposible resistirse a la maravillosa impresión que genera el encontrar el mensaje del Señor cuando éste se está procurando con corazón sincero.
En ocasión de un debate que sostuvo con unos judíos instigadores, Jesús pronunció las siguientes palabras que quedaron inmortalizadas en el Evangelio según Juan Cap. 5 verso 39 “Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;”[1]
Este versículo entraña dos verdades innegables, 1: El ser humano va a las Escrituras en busca de volver a Dios, en procura de alcanzar aquello que sabe que no hallará en otro “lugar” y que es la vida eterna. Y 2: La Biblia toda, da fiel testimonio de Jesús.
Pero, y ¿qué es la vida eterna? Pues bien, la respuesta a este interrogante y su razonamiento, también contestará el porqué de una investigación como la que está usted leyendo.
En ocasión de lo que se ha denominado la “oración sacerdotal”, el Señor Jesús pronunció las siguientes palabras registradas en Juan 17: 3 “En esto consiste la vida eterna: en que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado a este mundo.[2]
Diferentes fuentes mencionan algunas singularidades acerca de la palabra “conocer” como término Bíblico. Por ejemplo, se cita a continuación el comentario que aparece al respecto en: (Juan 17; 3)[3] “conocer” indica aquí no sólo el aspecto abstracto o intelectual, sino también la aceptación, la fe, el amor y la obediencia al Dios verdadero y a su Hijo Jesucristo.

CONCEPTUALIZACIÓN

Teniendo lo anterior en cuenta, se puede concluir al respecto, que actitudes como la aceptación, el ejercicio de un don como la fe, la manifestación de amor como un principio y una vida en procura de la plena obediencia a los requerimientos divinos, no son otra cosa que una expresión de adoración dada en ejercicio voluntario de parte del hombre hacia Dios.

ADORACIÓN

Esta definición está en armonía con la siguiente definición que el Diccionario Bíblico Adventista hace acerca del significado de la palabra adoración; “Actitud de humildad, reverencia, honor, devoción y adoración que señalan adecuadamente las relaciones entre los seres creados y su Creador… La Biblia enseña que tal adoración es debida sólo al único Dios verdadero… un estricto monoteísmo ha de caracterizar el culto de quienes honran al verdadero Dios, el Creador del cielo y de la Tierra (Deut. 6:4, 5). Además, como Dios es "espíritu" (Jn. 4:23, 24), se prohíbe al hombre adorarlo mediante representaciones materiales (Deut. 4:12, 15-19).”[4]



IDOLATRÍA


Al hablar de idolatría, no es posible obviar el hecho de que hay que remitirse a lo que la Biblia y otras herramientas mencionan por adoración, por tal motivo, hasta aquí se ha desarrollado este escrito tocante sólo a la adoración, con el propósito de entender mejor la dimensión que ocupa la idolatría en la esfera humana según lo presenta Revelación a través de los escritos del profeta Daniel.
El siguiente comentario sobre la idolatría se extrajo de la Edición de Estudio Reina Valera 1995: “Culto que se rinde a la criatura en vez de al Creador , ya sea como culto a dioses paganos o a imágenes que representen al Señor… desde el principio se condenó cualquier forma de idolatría y los profetas hablaron siempre contra ella. El NT sostiene esta condena y amplía su significado para incluir actitudes como la avaricia”
El Diccionario Bíblico Adventista hace del término idolatría la siguiente definición; “De acuerdo con el uso bíblico, idolatría incluye tanto la adoración de falsos dioses en diversas formas como la adoración de imágenes como símbolos de Yahveh. El NT amplía el concepto de idolatría para incluir prácticas como la glotonería (Fil. 3:19) y actitudes como la codicia (Ef. 5:5), lo que está en armonía con el énfasis espiritual en el NT.”[5]

EL GRAN CONTRASTE


En términos pragmáticos la adoración y la idolatría se contraponen grandemente, ya que la adoración es la praxis que resulta de amar a Dios por sobre todas las cosas e idolatría es amar cualquier cosa o persona más que a Dios. Sin embargo, resulta curioso que el diccionario WordReference Online, defina adoración de la siguiente forma: “culto o reverencia a un ser u objeto que se considera Divino. Reverencia y honra a Dios. Amor muy profundo o admiración extrema” como puede notarse, es un concepto muy relativo y bastante liberal.
Además de tal definición, muy poco ligada al concepto Bíblico, la palabra idolatría aparece como un sinónimo de la palabra adoración. Esto habla por sí solo, de cómo las verdades absolutas hoy día van cediendo y perdiendo su estatus de absolutas, para dar lugar a las ambigüedades de las cuales está rebosante este secularismo relativista que envuelve al mundo de hoy.

LA IDOLATRÍA EN DANIEL

El libro de Daniel es considerado como un libro perteneciente a la llamada “literatura apocalíptica” está dividido en dos partes. La primera parte es esencialmente narrativa y tiene un propósito didáctico y la segunda parte contiene una serie de visiones simbólicas en lenguaje escatológico.
Teniendo como base lo anterior y sobre la conceptualización que la Biblia propone relativo a la Adoración a Dios y a la idolatría a divinidades paganas, se analizará la idolatría como es presentada en Daniel. Para esto se tendrá en cuenta en este caso sólo su primera parte, es decir su porción narrativa.
En los tiempos bíblicos, los pueblos y las naciones que se levantaron aparte del pueblo de Dios se caracterizaron por la cultura pagana que adoptaron, la idolatría a dioses falsos, y en su necesidad de rendir culto y depositar su confianza en un ser superior construían monumentos de cualquier clase de material, sin embargo esto en vez de ennoblecerles, les degradaba cada vez más y les llevaba a cometer las abominaciones más aberrantes.
Babilonia se constituyó como el primer imperio, en condición de nación apóstata delante de Dios, su mayor representante fue el rey Nabucodonosor. El libro de Daniel por sus características ofrece variadas vislumbres sobre el tema que ocupa este escrito, es decir la idolatría, sin embargo se analizará ésta a partir de la asombrosa experiencia relatada en el capítulo 3.
El relato inicia diciendo que Nabucodonosor rey de Babilonia hizo una estatua de oro. Herman Veldkamp dice que: “La Biblia no nos dice si esta estatua de oro pretendía representar a uno de los dioses o una de las diosas de Babilonia. Es enteramente posible que Nabucodonosor haya tenido en mente alguna otra cosa. Probablemente la estatua intentaba simbolizar el poder de Babilonia.”[6]

RADIOGRAFÍA DE LA IDOLATRÍA

Existen algunas características que la idolatría trae consigo y que quedan perfectamente expuestas en la experiencia de los tres fieles hebreos.

La idolatría y el poder político guardan una relación estrecha.

La declaración de E. W. Heaton es contundente al afirmar que “la autoridad absoluta necesita invocar la favorable sanción de la religión… en última instancia, la pretensión del hombre a la soberanía absoluta, necesita exigir idolatría...”[7] No satisfecho con poseer el título de rey del imperio y régulo de toda Babilonia, quiso también reinar (religiosamente hablando), en los corazones de aquellos a quienes gobernaba.
2- La fuerza suele ser un medio para imponer la idolatría.

Daniel 3: 5-6 registra “que en el momento en que oigan el sonido del cuerno, la flauta, la lira, el arpa, el salterio, la gaita y toda clase de música, se postren y adoren la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado. Pero el que no se postre y adore, será echado inmediatamente en un horno de fuego ardiente.”[8]
No cabe la menor duda de que las opciones que tenía el pueblo babilónico se reducían a idolatrar la estatua o morir al negarse obedecer tal exigencia.

3- La idolatría suele proponerse en medio de algazara y actividades obscenas.

Según comenta Herman Veldkamp “en Jerusalén los himnos de alabanza se elevan quietamente hacia Dios, pero en Babilonia el servicio de adoración comprende ceremonia, anuncios y propaganda. Para empezar todas las gentes poderosas de Babilonia fueron convocadas por el rey… tan impresionante como la colección de poderosos oficiales, fue la variedad de instrumentos musicales que se usaron”.[9] Aunque la declaración bíblica no lo revela en este pasaje, debe recordarse el episodio del pueblo israelita cuando desesperando del retorno de Moisés pidieron a Aarón que les hiciera un dios. La biblia sostiene en Éxodo 32; 6 lo siguiente “Temprano a la mañana siguiente, el pueblo se levantó para sacrificar ofrendas quemadas y ofrendas de paz. Después, todos celebraron con abundante comida y bebida, y se entregaron a diversiones paganas.[10]. En otras versiones aparece la palabra regocijarse, ambos términos, tanto regocijarse como diversiones paganas, hace alusión a prácticas sexuales, tales como orgías y otros desenfrenos.
El libro inspirado Patriarcas y Profetas registra también “el esplendor del culto idólatra”[11] del que se viene haciendo mención.

4- La idolatría se opone abierta y desafiantemente al señorío de Dios.

Se cita a continuación el siguiente pasaje de Daniel 3: 15 extraído de la versión Dios Habla Hoy “¿Están ustedes dispuestos, tan pronto como oigan la música, a inclinarse ante la estatua que yo he mandado hacer, y adorarla? Porque si no la adoran, ahora mismo serán arrojados a un horno encendido; y entonces, ¿qué dios podrá salvarlos?” palabras expresadas con “burlón desafío”[12] según  E. W. Heaton. Puede notarse el uso que Nabucodonosor hace de una figura de diálogo, como la interrogación retórica, para preguntar irónicamente a los hebreos ¿qué dios podría librarlos de sus manos? Tal insolencia, por supuesto, no es exclusiva del rey babilónico, ha sido la constante intención de la idolatría desafiar la soberanía y señorío de Dios y adjudicar tales atributos a los objetos de su culto. La escritora E. G. White, inspirada por el Espíritu santo dejó ver también el verdadero carácter de la idolatría al mencionar sobre la crianza que Jocabed le proporcionó al caudillo que Dios usaría para liberar a Israel del yugo egipcio. “Le mostró la insensatez y el pecado de la idolatría…” [13]

5- La idolatría genera un espíritu perseguidor.

La instigación de que fueron víctimas los jóvenes hebreos es una de las consecuencias que engendra el espíritu idolátrico en los hombres. E. W. Heaton comenta lo siguiente “los sabios profesionales del rey llenos de envidia por el éxito de los compañeros de Daniel se presentaron ante su amo y acusaron maliciosamente a los judíos” y exegéticamente agrega “el verbo (acusaron maliciosamente) literalmente significa “comer pedazos de carne arrancados del cuerpo de alguien”[14] y viene a querer decir, calumniar con la idea de suplantar.
La idolatría ha sido por las edades una de las estrategias que más éxito ha sumado a la causa del regente del mal, sin embargo, tan cierto como resulta a la luz de la Biblia la anterior afirmación, es también real que la Palabra de Dios deja ver que el bien, siempre terminará prevaleciendo contra el mal en todas sus formas.
Después de manifestar fidelidad a Dios en medio de este intento de doma espiritual idolátrico, Ananías, Misael y Azarías fueron honrados por Dios, a quien ellos habían honrado. Puede verse en el versículo 28 de este capítulo, el cenit de toda esta experiencia, que representa también la recompensa que devengará al final del tiempo todo espíritu idolátrico, al reconocer la supremacía y justicia del carácter de la verdadera adoración a Aquel que es Único digno de recibirla.
“En ese momento Nabucodonosor exclamó: «¡Alabado sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió a su ángel para salvar a sus siervos fieles, que no cumplieron la orden del rey, prefiriendo morir antes que arrodillarse y adorar a otro dios que no fuera su Dios!” Daniel 3; 28.[15]

CONCLUSIÓN

La idolatría en sus múltiples formas, y la adoración a Dios en la manera en que la Biblia lo prescribe, son hoy día dos opciones de vida delante de todo hombre. La elección de tomar un rumbo u otro se halla en la mente de cada quien y las consecuencias de una y otra elección tendrán trascendencia eternas.
“La persona que ha pasado por la prueba, la persona que ha superado la prueba, tiene una libertad muchísimo mayor, tiene un amor más intenso, tiene una alegría más firme.[16]
Por algo Jesucristo dice: "Yo les voy a dar una paz que nadie les podrá quitar" Juan 14:27. ¡Es la paz de aquél que ha pasado por todo género de pruebas!

BIBLIOGRAFÍA

Referencia bíblica tomada de la versión: La Biblia las Américas.
Referencia bíblica tomada de la versión: Castilian
Edición de Estudio Reina Valera 1995 Colombia: Sociedades Bíblicas Unidas, 1995.
Diccionario Bíblico Adventista en Biblioteca electrónica: Fundamento de la esperanza, CD-ROM, versión 1.0 Miami: Folio VIP Electronic Publishing, 1992-1993.
Herman Veldkamp, Exposición de Daniel Michigan: Libros Desafío, 1977.
E. W Heaton, Comentarios Bíblicos Antorcha, Libro de Daniel Buenos Aires: La aurora, 1961.
Referencia bíblica tomada de la versión: Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy.
Herman Veldkamp, Exposición de Daniel Michigan: Libros Desafío, 1977.
Referencia bíblica tomada de la versión: Nueva Traducción Viviente
Elena White, Patriarcas y Profetas Bogotá: Asociación Publicadora Interamericana.
E. W Heaton, Comentarios Bíblicos Antorcha, Libro de Daniel Buenos Aires: La aurora, 1961.
Elena White, Patriarcas y Profetas Bogotá: Asociación Publicadora Interamericana
E. W Heaton, Comentarios Bíblicos Antorcha, Libro de Daniel Buenos Aires: La aurora, 1961.
Referencia bíblica tomada de la versión: Dios Habla Hoy
Fray Nelson Medina, Frente a las armas de la idolatría, una fe en su pureza, que nos permite en la prueba emerger liberados de nuestras ataduras. Tomada de la página web http://fraynelson.com/wiki/index.php?title=K053005a el día 17 de septiembre de 2012




[1] Referencia bíblica tomada de la versión: La Biblia las Américas.
[2] Referencia bíblica tomada de la versión: Castilian
[3] Edición de Estudio Reina Valera 1995(Colombia: Sociedades Bíblicas Unidas, 1995)  págs. 1221 – 1222
[4] Diccionario Bíblico Adventista en Biblioteca electrónica: Fundamento de la esperanza, CD-ROM, versión 1.0 (Miami: Folio VIP Electronic Publishing, 1992-1993).
                [5] Ibíd.

[6] Herman Veldkamp, Exposición de Daniel (Michigan: Libros Desafío, 1977)  pág. 36
[7] E. W Heaton, Comentarios Bíblicos Antorcha, Libro de Daniel (Buenos Aires: La aurora, 1961 ) pág. 142-144
[8] Referencia bíblica tomada de la versión: Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy.
[9] Herman Veldkamp, Exposición de Daniel (Michigan: Libros Desafío, 1977)  pág. 36
                [10] Referencia bíblica tomada de la versión: Nueva Traducción Viviente
[11] Elena White, Patriarcas y Profetas (Bogotá: Asociación Publicadora Interamericana) pág. 226
[12] E. W Heaton, Comentarios Bíblicos Antorcha, Libro de Daniel (Buenos Aires: La aurora, 1961 ) pág. 147
[13] Elena White, Patriarcas y Profetas (Bogotá: Asociación Publicadora Interamericana) pág. 222
[14] E. W Heaton, Comentarios Bíblicos Antorcha, Libro de Daniel (Buenos Aires: La aurora, 1961 ) pág. 147
[15] Referencia bíblica tomada de la versión: Dios Habla Hoy
[16] Fray Nelson Medina, Frente a las armas de la idolatría, una fe en su pureza, que nos permite en la prueba emerger liberados de nuestras ataduras. Tomada de la página web http://fraynelson.com/wiki/index.php?title=K053005a el día 17 de septiembre de 2012


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