VESTIMENTA
EN LOS TIEMPOS DE ELENA DE WHITE
Por
Carlos Andrés Ladino Ramírez
Esta investigación tiene como fin,
demostrar de manera especial algunas afirmaciones de personas que acusan a Elena de White, que en
alguna ocasión ella menciona que las mujeres deben vestir largo, y otras
declaraciones enseñan que las mujeres
deben vestir con ropa corta.
Estas declaraciones presentan aparentemente, muchas
contradicciones con el tiempo en que vivimos, personas mal intencionadas
intentan distorsionar estas afirmaciones, sin darles un claro desarrollo al
contexto en que se escribió. Por medio de esta investigación, se pondrá en evidencia cuáles fueron las
razones en que se escribió estos consejos, y
el por qué, para darle una transparencia a las recomendaciones de la sierva del Señor.
CAPITULO II
DECLARACIONES DE ELENA G. DE
WHITE SOBRE LA VESTIMENTA
Elena G. de White, da declaraciones
apoyando el uso del pantalón en la mujer ella declara:
“No hay una mujer en mil que abrigue sus
piernas como debería hacerlo. Cualquiera que sea el largo de sus vestidos, las
mujeres deberían abrigarse las piernas tan bien como lo hacen los hombres. Esto
podría conseguirse llevando pantalones recogidos y abrochados en los tobillos,
o bien largos y ceñidos hasta el borde del zapato. De este modo las piernas y
los tobillos quedan protegidos contra las corrientes de aire. Si las piernas y
los pies se mantienen protegidos con ropa abrigada, la circulación se efectuará
armoniosamente y la sangre permanecerá saludable y pura, porque no se enfriará
ni será estorbada mientras circula por el organismo”[1].
En cierta ocasión ella recomendó el uso
de un vestido mas corto que no arrastrase bacterias como los de su época, y el
uso del pantalón por el frio en la mujer. "Si las mujeres quisieran llevar
sus vestidos de manera que no tocaran la suciedad de la calle por una pulgada o
dos, sus vestidos serían modestos, podrían mantenerse limpios mucho más
fácilmente, y durarían más. Un vestido así concordaría con nuestra fe"[2]
En la literatura de este período hay
abundante evidencia para verificar la acusación de la Sra. White sobre la moda
reinante del vestido femenino. Como tres años antes, un porta-voz del sexo afortunado, dirigiéndose
a un gran auditorio en Washington, D. C., presentó la siguiente queja en cuanto
a las desventajas y torturas de las mujeres:
"El vestido de las mujeres está
hecho de tal forma que constituye un inconveniente y una carga, de modo que si
llegan a salir, lo hacen bajo grandes desventajas. Si pisan el umbral, pueden
mojarse los pies y ensuciar sus faldas en las aceras, y sus piernas, no
protegidas, pueden enfriarse con el viento. Si desean caminar, tienen que
esperar hasta que el rocío haya desaparecido del césped, y que un sofocante sol
de verano robe el atractivo de su beneficio. Si trabajan en el huerto, gastan
más fuerzas en el vestido que en las plantas; porque no solamente se les hace
difícil moverse, sino que tienen que sujetar el vestido con los brazos,
mientras trabajan con las manos. Si van al mercado, deben acarrear la falda
además de una cesta, pues tienen que limpiar el rocío, el polvo, el lodo o la
nieve. Si viajan en un vehículo, deben ser levantados en peso tanto al
abordarlo como al apearse, mientras ellas cuidan de sus faldas, y aun así, a
menudo se les quedan atoradas, y tiene que ser desenredadas, y por accidente
sobreviene cualquier peligro de mayor o menor consecuencia ya sea viajando en
carruaje o a caballo, se magnifica diez tantos por causa de estos vestidos
estorbosos."[3]
Algunas hermanas combinaron el diseño
vestido-pantalón y le llamaron "vestido reformado", por cierto hay
quienes acusan falsamente a Elena de White,
de haberlo diseñado.
El hecho es que ella recomendó el uso
del pantalón, pero en otra ocasión
recomendó que se evitara el uso de
prendas masculinas en la mujer. Por lo tanto quedan las preguntas al aire: ¿Los
pantalones recomendados en la mujer por Elena de White, eran para toda ocasión
incluyendo su uso en la iglesia?, ¿Se debe usar el pantalón en la mujer solo en
los climas fríos o también en climas templados-cálidos?, En climas fríos, ¿Es correcto que la mujer
lleve pantalones a la iglesia?
“Vuestras niñas deberían llevar el talle
de sus vestidos perfectamente suelto, y deberían tener un estilo de vestir
conveniente, cómodo y modesto. En tiempo frío deberían llevar pantaloncitos de
abrigo de franela o de algodón que puedan colocarse dentro de las medias.
Encima de éstos deberían llevar pantalones forrados abrigados, que pueden ser
largos, bien abotonados en el tobillo o ceñidos a la pierna hasta el borde del
zapato”[4]
Necesitamos considerar el tiempo y lugar
en que fueron hechas las declaraciones de
Elena de White, ella no escribió
en un vacío. La mayoría de esas declaraciones tiene que ver con problemas con personas y grupos determinados
en contextos históricos
específicos. Por ejemplo, en la década de 1860, Elena de White sugirió que las
mujeres deberían acortar sus faldas. ¿Por qué?, porque sus vestidos se arrastraban en el
piso. En el proceso, la suciedad de los
caballos y de los carruajes se arrastraba en sus faldas. Estas faldas también tenían otros problemas
que ella y otros reformistas contemporáneos destacaron. Ella escribió: “Uno de los disparates más
dispendiosos y perjudiciales de la moda es la falda que barre el suelo, por lo
sucia, incómoda, inconveniente y malsana. Todo esto y más aún se puede decir de
la falda rastrera”[5]
Pero lo que fue verdadero en su tiempo
generalmente no es verdad actual, por supuesto, podemos pensar en algunas
culturas que se asemejan a la del siglo XIX.
En esas culturas, los consejos de Elena de White, son totalmente
válidos. Sin embargo, debemos adaptar
sus consejos al tiempo actual. Parte de la adaptación necesaria es reflejada en
la cita que leímos anteriormente en el Ministerio de Curación.
Si el problema de las faldas fue
porque eran sucias, incómodas,
inconvenientes e insalubres, podemos asumir que algunos principios para el
vestido adecuado son: limpieza, comodidad, conveniente y saludable. Tales
principios son universales, aunque la idea de acortar la falda tiene sus raíces
en el siglo XIX. La lectura de las
Escrituras nos da otros principios de vestimenta que podemos utilizar en
nuestros días.
Enfatizar exageradamente que el tiempo y
lugares son factores cruciales para nuestra comprensión mientras leemos los
escritos de Elena de White es importante.
Una manera de utilizar incorrectamente los escritos de Elena de White es
ignorar las implicaciones del tiempo y
del lugar, y buscar aplicar
universalmente todas sus declaraciones.
En los escritos de Elena de White, tales
consejos como de aconsejar a las
escuelas a enseñarle a las niñas a ensillar y conducir un caballo para que
estén mejor preparadas para hacer frente a las emergencias de la vida[6].
Advirtiendo a jóvenes y ancianos contra la influencia hechizante de la locura
de las bicicletas[7]; y
aconsejando a un administrador en 1902 para que no comprara un automóvil para
el transporte de pacientes desde la estación de trenes hasta el Sanitario
porque era un gasto innecesario y tentaría a otros a hacer lo mismo”[8],
son consejos claramente condicionados
por el tiempo y el lugar.
Otras declaraciones que también pueden estar
acondicionadas por tiempo y lugar no son tan evidentes y obvias, especialmente
en aquellas áreas que son fuertes para
nosotros hoy, necesitamos mantener los ojos y la mente abierta para esa
posibilidad. Otro aspecto del tiempo y lugar en los escritos de Elena de White,
es que muchos de sus consejos el contexto histórico es más bien personal, ya
que le escribió a algunos individuos o a una situación específica. Siempre recordemos que detrás de cada consejo encontramos una situación específica, cada una
con sus propias peculiaridades, posibilidades y problemas, su situación puede
no ser paralela a la nuestra, entonces
el consejo puede o no ser aplicable
a nosotros, dada la circunstancia.
La Biblia nos enseña la modestia en el
vestir. “Asimismo, que asistan las
mujeres en traje modesto, adornándose con recato y sobriedad.”[9]
(1 Ti. 2:9). Este pasaje bíblico,
prohíbe la ostentación en el vestir, los colores chillones, los adornos
profusos. “Todo medio destinado a llamar
la atención hacia la persona así vestida, o a despertar la admiración, queda
excluido de la modesta indumentaria prescrita por la Palabra de Dios.”[10].
Así comienza uno de los temas controversiales narrados en los escritos de Ellen
Gold Harmon, Más conocida como Ellen G. White. Es sin lugar a duda una de las
preocupaciones del cristianismos y la Biblia delinea esbozos sobre la modestia, la simpleza y la
higiene del cristiano además del buen uso de sus recursos, para no ser
despilfarrados en moda. El punto controversial de este tema no fueron los
principios de ética y moral expuestos por ella (ya conocidos en el mundo
cristiano de esos días) sino las revelaciones en cuanto a la influencia de la
vestimenta con la salud.
Elena de White les recuerda una vez más:
“Pero nuestra indumentaria, si bien
modesta y sencilla, debe ser de buena calidad, de colores decentes, y apropiada
para el uso. Deberíamos escogerla por su
durabilidad más bien que para la ostentación.
Debe proporcionarnos abrigo y protección adecuada. La mujer prudente descrita en los Proverbios
“no tendrá temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está
vestida de ropas dobles.” (Proverbios 31:21.)Nuestra ropa debe estar
limpia. El desaseo en el vestir es
contrario a la salud y, por tanto, perjudicial para el cuerpo y el alma. “¿No sabéis que sois templo de Dios? … Si
alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal.” (1 Corintios 3:16,
17.)En todos respectos debemos vestir conforme a la higiene. “Sobre todas las cosas,” Dios quiere que
tengamos salud tanto del cuerpo como del alma.
Debemos colaborar con Dios para asegurar esa salud. En ambos sentidos nos beneficia la ropa
saludable.”[11]
Con esta sentencia se explica el
trasfondo de una buena ropa, además
es saludable, no es solo un acto
externo, sino que este acto, además tiene las facultades de poder alentar o
curar una enfermedad, en otras palabras, puede actuar como un supresor
inmunológico o un alentador del mismo. Para su tiempo esta fue una locura y aun para nuestros tiempos. Sin
embargo los esbozos fueron aun más profundos en cuanto a la materia de vestido
y Salud.
CAPITULO III
PRINCIPIOS DE ELENA G. DE WHITE
SOBRE LA VESTIMENTA
La ropa limpia
contribuye a una buena salud.
Faldas largas se ensucian en exceso
(faldas que arrastran por el piso) y por tanto son antihigiénicas. Faldas con
armazón o muchos telas (por ser largas) generan un peso inadecuado en las
caderas que termina desequilibrando y generando una compresión en los pulmones.
“Ropa apretada al nivel del pecho evita
la buena circulación y trabajo pulmonar creando enfermedad (corpiños, corsé y
similares son malsanos en otras palabras), distribución desigual de la ropa, es
decir, partes abrigadas y otras desabrigadas. Las piernas y las extremidades
deberían estar correctamente abrigadas ya que están más lejos del cuerpo y por
tanto tienden a perder temperatura correcta. Extremidades siempre frías es
sinónimo de un cuerpo débil”[12].
“Las prendas deben ser seleccionadas de
acuerdo a la tarea, y ser holgadas para que el cuerpo pueda estar sano, la presión
evita la buena circulación y purificación del cuerpo”[13].
White termina diciendo que no se le entregó un modelo o estándar, que para esto
no se debería ser conciencia de otro. Sin embargo, dejó claro que debemos
escoger más que por una moda, como seres inteligentes que se preocupan de su
vestido y reconocen las leyes naturales que rigen el cuerpo. Esto en su tiempo
fue locura. Sin embargo, las noticias últimamente nos corroboran los cuidados
que Dios tiene para con su pueblo.
Luis Rojas, cirujano cardiovascular de
la Clínica Pichincha, afirma que quienes usan ropa ajustada son más propensos a
desarrollar venas varicosas. Según explica, normalmente la circulación venosa
va de abajo hacia arriba, pero al utilizar prendas demasiado ajustadas el
retorno venoso es anormal y la sangre se estanca en las venas. Asimismo, señala
que en el caso de los pacientes con várices se les recomienda usar medias
ajustadas, porque de esta forma se aprieta desde el pie hasta la pierna y no
desde la pelvis y la presión disminuye al subir[14].
Una segunda molestia se conoce como la
“respiración corta”. Cuando se coloca una blusa o un cinturón ajustado no se
permite que el aire llegue a oxigenar el cerebro, con lo cual se desarrolla
ansiedad y baja concentración.
Un tercer efecto es la acumulación de
gas carbónico (tóxico), el cual acelera la oxidación de las células ocasionando
el envejecimiento prematuro.
Usar ropa de
acuerdo con la contextura.
Cuando haga ejercicio use ropa holgada y
de algodón. Esta facilita el movimiento del cuerpo. Las mujeres no deben usar
protectores diarios y si los usan deben cambiarlos cada cuatro horas. No use
brassier ajustados. También afectan a la circulación. Los doctores recomiendan
las fajas en determinados casos, como corregir malas posturas o hernias. No se
recomienda usar fajas solo por estética. Si tiene molestias constantes acuda al
especialista, según el caso”[15].
“Respiración. Ropa muy apretada o un
cinturón ajustado obstruyen el correcto paso de aire por el cuerpo.
Dolor de espalda. Se sobrecargan los
músculos y las vértebras para realizar actividades que normalmente no exigirían
tanto esfuerzo.
Digestión. La presión de la ropa
ocasiona que los ácidos del estómago fluyan hacia el esófago, causando acidez y
reflujo.
Infección urinaria y vaginal. En el
mínimo espacio que separa al jean de la piel, se produce un microclima ideal
para la conservación de microbios.
Várices. Los pantalones ajustados
dificultan la circulación y frenan el regreso de la sangre hacia el corazón,
generando dilatación de venas.
Circulación. Se dificulta el retorno de
la sangre venosa, por la presión que ejerce la ropa, principalmente en las
piernas y en el abdomen.
Pies. Los tacones en punta duplican la
masa corporal y desencadenan problemas circulatorios”[16]
La educación de nuestras congregaciones
se torna cada día más necesaria. Es un proceso que requiere tiempo y esfuerzo,
pero que redundará en la preservación de nuestra identidad y en la aplicación
práctica de los principios divinos. No se trata de un asunto de legalismo
desenfocado, sino del mensaje que, como embajadores del reino, estamos
emitiendo a quienes nos rodean; se trata de cuán efectivamente estamos siendo
la fibra óptica del cielo para transmitir la luz de la gloria de Dios a quienes
viven poco antes de la segunda venida de Cristo.
Un análisis desde la perspectiva de la
psicológica nos puede llevar a la idea de que el hombre separado de Dios viste,
consciente o inconscientemente, para
causar la impresión de superioridad y fortaleza física o económica. También el
móvil femenino es identificable, un anhelo de sentirse hermosa, atractiva y
deseable para el sexo opuesto, algo que es muy acentuado en ciertas edades. En
medio de tantas y tan cambiantes tendencias, lo más saludable y seguro para el
cristiano es prestar atención a las indicaciones de Pablo y Pedro, en ellas
está contenida la voluntad del Señor.
La ropa, el peinado y la combinación
adorno-joya son los tres incisos de los dos apóstoles al referirse al atavío
externo. El carácter, con su fragancia y pureza, es el todo del adorno
interior. Como pueblo que ha de proclamar el Mensaje de los Tres Ángeles,
nuestro énfasis debe estar en cómo Jesús puede clonarse mejor en nuestro ser,
en cómo el Espíritu puede reproducir mejor su imagen en nosotros. No hay un
uniforme para que el cristiano vista, pero sí un estilo, porque “somos lo que
usamos”.
BIBLIOGRAFIA
Alexandra
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Craig S. Keener, 1 Tim 2:9, IVP Bible Background
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_________.Ministerio de Curación.
[1] Elena White, Cómo vivir: No 6, págs. 57-64. Ídem p.
544.
[2] Elena White, Joyas de los testimonios tomo I en
Biblioteca electrónica: Fundamento de la esperanza, CD-ROM, versión 1.0 (Miami:
Folio VIP Electronic Publishing, 1992-1993), pág. 518.
[3] Ibíd. 426.
[4] Elena White,
Mensajes selectos tomo 2 en Biblioteca electrónica: Fundamento de la esperanza,
CD-ROM, versión 1.0 (Miami: Folio VIP Electronic Publishing, 1992-1993), pág.
537.
[5] White, Ministerio de Curación, pág. 223.
[6] Elena White, La Educación,
en Biblioteca electrónica: Fundamento de la esperanza, CD-ROM, versión 1.0
(Miami: Folio VIP Electronic Publishing, 1992-1993), págs. 217.
[7] Elena White, Joyas de los testimonios tomo I en
Biblioteca electrónica: Fundamento de la esperanza, CD-ROM, versión 1.0 (Miami:
Folio VIP Electronic Publishing, 1992-1993), págs. 51,52.
[8] Elena White, Mensajes selectos tomo 3 en Biblioteca
electrónica: Fundamento de la esperanza, CD-ROM, versión 1.0 (Miami: Folio VIP
Electronic Publishing, 1992-1993), pág. 391.
[10] Elena White, Mensajes selectos tomo 3 en Biblioteca
electrónica: Fundamento de la esperanza, CD-ROM, versión 1.0 (Miami: Folio VIP
Electronic Publishing, 1992-1993), pág. 219.
[11] Ibid. 220.
[12] Alexandra de Marly, “Dress”, Encyclopaedia Britannica
2005 en CD-ROM.
[13] Craig S. Keener, 1 Tim 2:9, IVP Bible Background
Commentary New Testament en CD-ROM (U.S.A.: Parsons Technology, Inc.) 1997.
[14] H. L. E. Luering, “Hair”, International Standard
Bible Encyclopedia (ISBE) (U.S.A.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1939), 4:
36.
[15] Samuele Bacchiocchi, Christian Dress and Adornment
(U.S.A.: Biblical Perspectives, 1995), 16.
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