martes, 17 de noviembre de 2015

EVOLUCION DEL VESTIDO DE DAMAS ADVENTISTAS (Prespectiva Teológica 2013)

VESTIMENTA EN LOS TIEMPOS DE ELENA DE WHITE

Por

Carlos Andrés Ladino Ramírez


Esta investigación tiene como fin, demostrar de manera especial algunas afirmaciones de  personas que acusan a Elena de White, que en alguna ocasión ella menciona que las mujeres deben vestir largo, y otras declaraciones   enseñan que las mujeres deben vestir con ropa corta.
Estas declaraciones  presentan aparentemente, muchas contradicciones con el tiempo en que vivimos, personas mal intencionadas intentan distorsionar estas afirmaciones, sin darles un claro desarrollo al contexto en que se escribió. Por medio de esta investigación,  se pondrá en evidencia cuáles fueron las razones en que se escribió estos consejos, y  el por qué, para darle una transparencia a las recomendaciones de la sierva del Señor.

CAPITULO II

DECLARACIONES DE ELENA G. DE WHITE SOBRE LA VESTIMENTA


Elena G. de White, da declaraciones apoyando el uso del pantalón en la mujer ella declara:
“No hay una mujer en mil que abrigue sus piernas como debería hacerlo. Cualquiera que sea el largo de sus vestidos, las mujeres deberían abrigarse las piernas tan bien como lo hacen los hombres. Esto podría conseguirse llevando pantalones recogidos y abrochados en los tobillos, o bien largos y ceñidos hasta el borde del zapato. De este modo las piernas y los tobillos quedan protegidos contra las corrientes de aire. Si las piernas y los pies se mantienen protegidos con ropa abrigada, la circulación se efectuará armoniosamente y la sangre permanecerá saludable y pura, porque no se enfriará ni será estorbada mientras circula por el organismo”[1].

En cierta ocasión ella recomendó el uso de un vestido mas corto que no arrastrase bacterias como los de su época, y el uso del pantalón por el frio en la mujer. "Si las mujeres quisieran llevar sus vestidos de manera que no tocaran la suciedad de la calle por una pulgada o dos, sus vestidos serían modestos, podrían mantenerse limpios mucho más fácilmente, y durarían más. Un vestido así concordaría con nuestra fe"[2]
En la literatura de este período hay abundante evidencia para verificar la acusación de la Sra. White sobre la moda reinante del vestido femenino. Como tres años antes,  un porta-voz del sexo afortunado, dirigiéndose a un gran auditorio en Washington, D. C., presentó la siguiente queja en cuanto a las desventajas y torturas de las mujeres:
"El vestido de las mujeres está hecho de tal forma que constituye un inconveniente y una carga, de modo que si llegan a salir, lo hacen bajo grandes desventajas. Si pisan el umbral, pueden mojarse los pies y ensuciar sus faldas en las aceras, y sus piernas, no protegidas, pueden enfriarse con el viento. Si desean caminar, tienen que esperar hasta que el rocío haya desaparecido del césped, y que un sofocante sol de verano robe el atractivo de su beneficio. Si trabajan en el huerto, gastan más fuerzas en el vestido que en las plantas; porque no solamente se les hace difícil moverse, sino que tienen que sujetar el vestido con los brazos, mientras trabajan con las manos. Si van al mercado, deben acarrear la falda además de una cesta, pues tienen que limpiar el rocío, el polvo, el lodo o la nieve. Si viajan en un vehículo, deben ser levantados en peso tanto al abordarlo como al apearse, mientras ellas cuidan de sus faldas, y aun así, a menudo se les quedan atoradas, y tiene que ser desenredadas, y por accidente sobreviene cualquier peligro de mayor o menor consecuencia ya sea viajando en carruaje o a caballo, se magnifica diez tantos por causa de estos vestidos estorbosos."[3]

Algunas hermanas combinaron el diseño vestido-pantalón y le llamaron "vestido reformado", por cierto hay quienes acusan falsamente a Elena de White,  de haberlo diseñado.
El hecho es que ella recomendó el uso del pantalón, pero  en otra ocasión recomendó   que se evitara el uso de prendas masculinas en la mujer. Por lo tanto quedan las preguntas al aire: ¿Los pantalones recomendados en la mujer por Elena de White, eran para toda ocasión incluyendo su uso en la iglesia?, ¿Se debe usar el pantalón en la mujer solo en los climas fríos o también en climas templados-cálidos?,  En climas fríos, ¿Es correcto que la mujer lleve pantalones a la iglesia?

“Vuestras niñas deberían llevar el talle de sus vestidos perfectamente suelto, y deberían tener un estilo de vestir conveniente, cómodo y modesto. En tiempo frío deberían llevar pantaloncitos de abrigo de franela o de algodón que puedan colocarse dentro de las medias. Encima de éstos deberían llevar pantalones forrados abrigados, que pueden ser largos, bien abotonados en el tobillo o ceñidos a la pierna hasta el borde del zapato”[4]

Necesitamos considerar el tiempo y lugar en que fueron hechas las declaraciones de  Elena de White,  ella no escribió en un vacío. La mayoría de esas declaraciones tiene que ver con  problemas con personas y grupos  determinados  en contextos  históricos específicos. Por ejemplo, en la década de 1860, Elena de White sugirió que las mujeres deberían acortar sus faldas. ¿Por qué?,   porque sus vestidos se arrastraban en el piso.  En el proceso, la suciedad de los caballos y de los carruajes se arrastraba en sus faldas.  Estas faldas también tenían otros problemas que ella y otros reformistas contemporáneos destacaron.  Ella escribió: “Uno de los disparates más dispendiosos y perjudiciales de la moda es la falda que barre el suelo, por lo sucia, incómoda, inconveniente y malsana. Todo esto y más aún se puede decir de la falda rastrera”[5]
Pero lo que fue verdadero en su tiempo generalmente no es verdad actual, por supuesto, podemos pensar en algunas culturas que se asemejan a la del siglo XIX.  En esas culturas, los consejos de Elena de White, son totalmente válidos.  Sin embargo, debemos adaptar sus consejos al tiempo actual. Parte de la adaptación necesaria es reflejada en la cita que leímos anteriormente en el Ministerio de Curación.
Si el problema de las faldas fue porque  eran sucias, incómodas, inconvenientes e insalubres, podemos asumir que algunos principios para el vestido adecuado son: limpieza, comodidad, conveniente y saludable. Tales principios son universales, aunque la idea de acortar la falda tiene sus raíces en el siglo XIX.  La lectura de las Escrituras nos da otros principios de vestimenta que podemos utilizar en nuestros días.
Enfatizar exageradamente que el tiempo y lugares son factores cruciales para nuestra comprensión mientras leemos los escritos de Elena de White es importante.  Una manera de utilizar incorrectamente los escritos de Elena de White es ignorar las implicaciones del  tiempo y del  lugar, y buscar aplicar universalmente todas sus declaraciones.
 En los escritos de Elena de White, tales consejos como de aconsejar a  las escuelas a enseñarle a las niñas a ensillar y conducir un caballo para que estén mejor preparadas para hacer frente a las emergencias de la vida[6]. Advirtiendo a jóvenes y ancianos contra la influencia hechizante de la locura de las bicicletas[7]; y aconsejando a un administrador en 1902 para que no comprara un automóvil para el transporte de pacientes desde la estación de trenes hasta el Sanitario porque era un gasto innecesario y tentaría a otros a hacer lo mismo”[8], son consejos claramente  condicionados por el tiempo y el lugar.
Otras declaraciones que también pueden estar acondicionadas por tiempo y lugar no son tan evidentes y obvias, especialmente en aquellas áreas que son fuertes  para nosotros hoy, necesitamos mantener los ojos y la mente abierta para esa posibilidad. Otro aspecto del tiempo y lugar en los escritos de Elena de White, es que muchos de sus consejos el contexto histórico es más bien personal, ya que le escribió a algunos individuos o a una situación específica.  Siempre recordemos que detrás de cada consejo  encontramos una situación específica, cada una con sus propias peculiaridades, posibilidades y problemas, su situación puede no ser paralela a la nuestra, entonces  el consejo puede o no ser aplicable  a nosotros, dada la circunstancia.
La Biblia nos enseña la modestia en el vestir.  “Asimismo, que asistan las mujeres en traje modesto, adornándose con recato y sobriedad.”[9] (1 Ti. 2:9). Este pasaje  bíblico, prohíbe la ostentación en el vestir, los colores chillones, los adornos profusos.  “Todo medio destinado a llamar la atención hacia la persona así vestida, o a despertar la admiración, queda excluido de la modesta indumentaria prescrita por la Palabra de Dios.”[10]. Así comienza uno de los temas controversiales narrados en los escritos de Ellen Gold Harmon, Más conocida como Ellen G. White. Es sin lugar a duda una de las preocupaciones del cristianismos y la Biblia delinea  esbozos sobre la modestia, la simpleza y la higiene del cristiano además del buen uso de sus recursos, para no ser despilfarrados en moda. El punto controversial de este tema no fueron los principios de ética y moral expuestos por ella (ya conocidos en el mundo cristiano de esos días) sino las revelaciones en cuanto a la influencia de la vestimenta con la salud.
Elena de White les recuerda una vez  más:
“Pero nuestra indumentaria, si bien modesta y sencilla, debe ser de buena calidad, de colores decentes, y apropiada para el uso.  Deberíamos escogerla por su durabilidad más bien que para la ostentación.  Debe proporcionarnos abrigo y protección adecuada.  La mujer prudente descrita en los Proverbios “no tendrá temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles.” (Proverbios 31:21.)Nuestra ropa debe estar limpia.  El desaseo en el vestir es contrario a la salud y, por tanto, perjudicial para el cuerpo y el alma.  “¿No sabéis que sois templo de Dios? … Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal.” (1 Corintios 3:16, 17.)En todos respectos debemos vestir conforme a la higiene.  “Sobre todas las cosas,” Dios quiere que tengamos salud tanto del cuerpo como del alma.  Debemos colaborar con Dios para asegurar esa salud.  En ambos sentidos nos beneficia la ropa saludable.”[11]

Con esta sentencia se explica el trasfondo de una  buena ropa, además es  saludable, no es solo un acto externo, sino que este acto, además tiene las facultades de poder alentar o curar una enfermedad, en otras palabras, puede actuar como un supresor inmunológico o un alentador del mismo. Para su tiempo esta fue una  locura y aun para nuestros tiempos. Sin embargo los esbozos fueron aun más profundos en cuanto a la materia de vestido y Salud.

CAPITULO III

PRINCIPIOS DE ELENA G. DE WHITE SOBRE LA VESTIMENTA

La ropa limpia contribuye a una buena salud.

Faldas largas se ensucian en exceso (faldas que arrastran por el piso) y por tanto son antihigiénicas. Faldas con armazón o muchos telas (por ser largas) generan un peso inadecuado en las caderas que termina desequilibrando y generando una compresión en los pulmones.
“Ropa apretada al nivel del pecho evita la buena circulación y trabajo pulmonar creando enfermedad (corpiños, corsé y similares son malsanos en otras palabras), distribución desigual de la ropa, es decir, partes abrigadas y otras desabrigadas. Las piernas y las extremidades deberían estar correctamente abrigadas ya que están más lejos del cuerpo y por tanto tienden a perder temperatura correcta. Extremidades siempre frías es sinónimo de un cuerpo débil”[12].
“Las prendas deben ser seleccionadas de acuerdo a la tarea, y ser holgadas para que el cuerpo pueda estar sano, la presión evita la buena circulación y purificación del cuerpo”[13]. White termina diciendo que no se le entregó un modelo o estándar, que para esto no se debería ser conciencia de otro. Sin embargo, dejó claro que debemos escoger más que por una moda, como seres inteligentes que se preocupan de su vestido y reconocen las leyes naturales que rigen el cuerpo. Esto en su tiempo fue locura. Sin embargo, las noticias últimamente nos corroboran los cuidados que Dios tiene para con su pueblo.
Luis Rojas, cirujano cardiovascular de la Clínica Pichincha, afirma que quienes usan ropa ajustada son más propensos a desarrollar venas varicosas. Según explica, normalmente la circulación venosa va de abajo hacia arriba, pero al utilizar prendas demasiado ajustadas el retorno venoso es anormal y la sangre se estanca en las venas. Asimismo, señala que en el caso de los pacientes con várices se les recomienda usar medias ajustadas, porque de esta forma se aprieta desde el pie hasta la pierna y no desde la pelvis y la presión disminuye al subir[14].
Una segunda molestia se conoce como la “respiración corta”. Cuando se coloca una blusa o un cinturón ajustado no se permite que el aire llegue a oxigenar el cerebro, con lo cual se desarrolla ansiedad y baja concentración.
Un tercer efecto es la acumulación de gas carbónico (tóxico), el cual acelera la oxidación de las células ocasionando el envejecimiento prematuro.

Usar ropa de acuerdo con la contextura.
Cuando haga ejercicio use ropa holgada y de algodón. Esta facilita el movimiento del cuerpo. Las mujeres no deben usar protectores diarios y si los usan deben cambiarlos cada cuatro horas. No use brassier ajustados. También afectan a la circulación. Los doctores recomiendan las fajas en determinados casos, como corregir malas posturas o hernias. No se recomienda usar fajas solo por estética. Si tiene molestias constantes acuda al especialista, según el caso”[15].


“Respiración. Ropa muy apretada o un cinturón ajustado obstruyen el correcto paso de aire por el cuerpo.
Dolor de espalda. Se sobrecargan los músculos y las vértebras para realizar actividades que normalmente no exigirían tanto esfuerzo.
Digestión. La presión de la ropa ocasiona que los ácidos del estómago fluyan hacia el esófago, causando acidez y reflujo.
Infección urinaria y vaginal. En el mínimo espacio que separa al jean de la piel, se produce un microclima ideal para la conservación de microbios.
Várices. Los pantalones ajustados dificultan la circulación y frenan el regreso de la sangre hacia el corazón, generando dilatación de venas.
Circulación. Se dificulta el retorno de la sangre venosa, por la presión que ejerce la ropa, principalmente en las piernas y en el abdomen.
Pies. Los tacones en punta duplican la masa corporal y desencadenan problemas circulatorios”[16]

La educación de nuestras congregaciones se torna cada día más necesaria. Es un proceso que requiere tiempo y esfuerzo, pero que redundará en la preservación de nuestra identidad y en la aplicación práctica de los principios divinos. No se trata de un asunto de legalismo desenfocado, sino del mensaje que, como embajadores del reino, estamos emitiendo a quienes nos rodean; se trata de cuán efectivamente estamos siendo la fibra óptica del cielo para transmitir la luz de la gloria de Dios a quienes viven poco antes de la segunda venida de Cristo.
Un análisis desde la perspectiva de la psicológica nos puede llevar a la idea de que el hombre separado de Dios viste, consciente o inconscientemente,  para causar la impresión de superioridad y fortaleza física o económica. También el móvil femenino es identificable, un anhelo de sentirse hermosa, atractiva y deseable para el sexo opuesto, algo que es muy acentuado en ciertas edades. En medio de tantas y tan cambiantes tendencias, lo más saludable y seguro para el cristiano es prestar atención a las indicaciones de Pablo y Pedro, en ellas está contenida la voluntad del Señor.
La ropa, el peinado y la combinación adorno-joya son los tres incisos de los dos apóstoles al referirse al atavío externo. El carácter, con su fragancia y pureza, es el todo del adorno interior. Como pueblo que ha de proclamar el Mensaje de los Tres Ángeles, nuestro énfasis debe estar en cómo Jesús puede clonarse mejor en nuestro ser, en cómo el Espíritu puede reproducir mejor su imagen en nosotros. No hay un uniforme para que el cristiano vista, pero sí un estilo, porque “somos lo que usamos”.
BIBLIOGRAFIA

Alexandra de Marly, “Dress”, Encyclopedia Britannica 2005 en CD-ROM.

Compton´s Interactive Encyclopedia en CD-ROM, 1997, ver “Dress”.

Craig S. Keener, 1 Tim 2:9, IVP Bible Background Commentary New Testament en       CD-ROM (U.S.A.: Parsons Technology, Inc 1997.

H. L. E. Luering, “Hair”, International Standard Bible Encyclopedia ISBE U.S.A.:           Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1939.
Samuel Bacchiocchi, Christian Dress and Adornment (U.S.A.: Biblical Perspectives,       1995.
White, Elena. Cómo vivir. No 6. Ídem.
________.Joyas de los testimonios tomo I en Biblioteca electrónica: Fundamento de    la esperanza, CD-ROM, versión 1.0 Miami: Folio VIP Electronic Publishing,   1992-1993.
________. La Educación, en Biblioteca electrónica: Fundamento de la esperanza,         CD-ROM, versión 1.0 Miami: Folio VIP Electronic Publishing, 1992-1993).
________. Mensajes selectos tomo 2 en Biblioteca electrónica: Fundamento de la          esperanza, CD-ROM, versión 1.0 Miami: Folio VIP Electronic Publishing,   1992-1993.
________. Mensajes selectos tomo 3 en Biblioteca electrónica: Fundamento de la          esperanza, CD-ROM, versión 1.0 Miami: Folio VIP Electronic Publishing,   1992-1993.
_________.Ministerio de Curación.






[1] Elena White, Cómo vivir: No 6, págs. 57-64. Ídem p. 544.
[2] Elena White, Joyas de los testimonios tomo I en Biblioteca electrónica: Fundamento de la esperanza, CD-ROM, versión 1.0 (Miami: Folio VIP Electronic Publishing, 1992-1993), pág. 518.


[3] Ibíd. 426.
[4] Elena White, Mensajes selectos tomo 2 en Biblioteca electrónica: Fundamento de la esperanza, CD-ROM, versión 1.0 (Miami: Folio VIP Electronic Publishing, 1992-1993), pág. 537.
[5] White, Ministerio de Curación, pág. 223.
[6] Elena White, La Educación, en Biblioteca electrónica: Fundamento de la esperanza, CD-ROM, versión 1.0 (Miami: Folio VIP Electronic Publishing, 1992-1993), págs. 217.
[7] Elena White, Joyas de los testimonios tomo I en Biblioteca electrónica: Fundamento de la esperanza, CD-ROM, versión 1.0 (Miami: Folio VIP Electronic Publishing, 1992-1993), págs. 51,52.
[8] Elena White, Mensajes selectos tomo 3 en Biblioteca electrónica: Fundamento de la esperanza, CD-ROM, versión 1.0 (Miami: Folio VIP Electronic Publishing, 1992-1993), pág. 391.
A menos que se indique algo diferente, en este trabajo las citas bíblicas han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Actualizada (El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano, 1989). En adelante RVA.
[10] Elena White, Mensajes selectos tomo 3 en Biblioteca electrónica: Fundamento de la esperanza, CD-ROM, versión 1.0 (Miami: Folio VIP Electronic Publishing, 1992-1993), pág. 219.
[11] Ibid. 220.

[12] Alexandra de Marly, “Dress”, Encyclopaedia Britannica 2005 en CD-ROM.
[13] Craig S. Keener, 1 Tim 2:9, IVP Bible Background Commentary New Testament en CD-ROM (U.S.A.: Parsons Technology, Inc.) 1997.
[14] H. L. E. Luering, “Hair”, International Standard Bible Encyclopedia (ISBE) (U.S.A.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1939), 4: 36.
[15] Samuele Bacchiocchi, Christian Dress and Adornment (U.S.A.: Biblical Perspectives, 1995), 16.
[16] Compton´s Intereactive Enciclopedia en CD-ROM, 1997, ver “Dress”.

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